Quienes nos sentimos parte de esta familia y especialmente del MTA  llevamos muy dentro sentido de estas palabras, somos responsables de nuestra vida y de su impacto en el mundo. En nuestras manos está un trozo de tierra que se quedará sin cultivar si nosotras/os no lo hacemos. Depende de cada persona, de su atención a la realidad, de su escucha al Espíritu y de su compromiso para hacer » eso poquito que está en cada uno/a» que este mundo sea un lugar donde se desarrolle la vida de cada persona o esta tierra se vuelva inhabitable.

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